
PECADO
"El Ajedrez es un juego honrado."
William Shakespeare
"El Ajedrez es un juego honrado."
William Shakespeare
Los siete pecados capitales del Ajedrez son: Superficialidad, Voracidad, Pusilanimidad, Inconsecuencia, Dilapidación del tiempo, Excesivo amor a la paz, Bloqueo.
S. Tartakower
***
***
Ya no llevaba la guerrera roja
pues -la sangre y el vino rojos son,
y sangre y vino reteñían sus manos
cuando a él con la muerta se le halló,
con la mísera muerta que él amara
y a la que él en su lecho asesinó.
*
El caminaba entre los condenados
con su traje color gris viejo y raído
y su gorro de dril en la cabeza.
Su paso, alegre y ágil parecía,
pero jamás vi a un hombre que mirara
con tan ávido afán la luz del día.
*
Jamás he visto a un hombre que mirara
con tan ávidos ojos esa tienda
diminuta y azul que los penados
en su cautividad llaman "el cielo",
y esas nubes movidas por el viento
con sus velas de mar, color de argento.
*
Y caminaba yo con otras almas
en pena, y en órbita distinta,
y yo me preguntaba si el pecado
de aquel hombre sería pequeño o grande,
cuando una voz atrás me dijo quedo:
"El preso que está allí, va a ser colgado".
*
¡Ah, Cristo querido! Los mismos muros
¡Ah, Cristo querido! Los mismos muros
del penal parecía que tambalearan!
Volviose un casco de candente acero
el cielo azul sobre nuestras cabezas,
y aunque yo era también un alma triste
ya no pude sentir mi propia pena.
*
Sólo pude saber qué pensamiento
obsesional precipitó su paso,
y por qué contemplaba con pupilas
tan ávidas la luz del claro día:
¡ese hombre había matado lo que amaba
y tenía que morir por esa causa!
*
Sin embargo, -¡y escúchenlo bien todos!
-¡siempre los hombres matan lo que aman!
Con miradas de odio matan unos,
con palabras de amor los otros matan,
¡el cobarde asesina con un beso
y el hombre de valor con una espada!
*
Unos matan su amor cuando son jóvenes,
otros matan su amor cuando son viejos,
con las manos del oro mátanlo unos,
con manos de lujuria otros lo asfixian,
y los más compasivos con puñales
pues los muertos así, pronto se enfrían.
*
Algunos aman demasiado corto,
Algunos aman demasiado corto,
algunos aman demasiado largo;
unos venden amor y otros lo compran,
éstos aman vertiendo muchas lágrimas,
sin un leve suspiro aman aquéllos,
porque cada hombre mata lo que ama
aunque no tenga que morir por ello!
(...)
V
El corazón humano que se rompe
en celda de prisiones o en el patio,
es como el recipiente quebrantado
que lleva su tesoro a Jesucristo,
y unge la sucia casa del leproso
con su nardo más fino y delicado.
*
¡Ah ! Bienaventurados sean aquellos
cuyos sensibles corazones pueden
quebrantarse y ganar paz y perdones;
¿pues de qué otra manera podría el hombre
seguir sus rectos planes y limpiarse
el alma de pecado y padecer?
¿Si no de esta manera, de qué modo
puede Cristo Señor entrar en él ?
*
Y aquel hombre de cuello amoratado
y los ojos abiertos siempre fijos,
espera para sí las santas manos
que guiaron al ladrón al paraíso,
pues un quebrado corazón contrito
no lo despreciará el Crucificado.
*
Aquel que lee la Ley, vestido en rojo,
tres semanas no más le dio de vida;
¡tres semanas no más para sanarse
el alma de la lucha de su alma,
y limpiarse la sangre arrepentido
de esa su mano que empuñó el cuchillo!
*
Y limpió con sus lágrimas de sangre
Y limpió con sus lágrimas de sangre
aquella mano que empuñó el acero,
pues las manchas de sangre,
únicamentese borran estregándolas con sangre,
y sólo el llanto nos concede alivio:
la mancha roja de Caín, tornóse
en el sello más cándido de Cristo.
*
VI
En la Cárcel de Reading, junto al pueblo
de Reading, hay un hoyo de vergüenza
en donde yace un hombre miserable
comido por los dientes de las llamas
y envuelto en una sábana de fuego.
Sin nombre está su tumba abandonada.
*
Hasta que Cristo llame un día a los muertos
en su silencio yacerá él allí;
no necesita ya lágrimas vanas,
ni un montón de suspiros quiere ahí:
¡ese hombre asesinó lo que adoraba
y por eso tenía que morir!
*
¡Todos los hombres matan lo que aman!
-y que sea por todos esto oído-:
algunos lo hacen con mirada amarga,
algunos con palabras de dulzura;
¡el cobarde asesina con un beso
y el hombre de valor con una espada!
Comienzo y fin de Balada de la cárcel de Reading. Oscar Wilde
El Ajedrez de la Vida es un juego honrado que no fue hecho para el pecado,
ni el hombre para destruir lo que ama...
¿pero qué le podrá salvar de semejante destino?
2 comentarios:
Así, con ojos curiosos y conjeturas enfermas
lo contemplaba os día tras día
Y nos preguntábamos si nuestro fin idéntico al suyo sería
pues nadie puede decir a qué rojo infierno
su alma ciega llegará extraviada.
Oscar Wilde era un genio!!!
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