lunes, 17 de marzo de 2008

SOLEDAD



SOLEDAD


"El Ajedrez, como todas las cosas, puede aprenderse hasta un punto y no más allá. Lo demás depende de la naturaleza de la persona."


G.M. José Raúl Capablanca


***




En cierta ocasión previno Dios al pueblo de un terremoto que habría de tragarse las aguas de toda la tierra. Y las aguas que reemplazarían a las desaparecidas habrían de enloquecer a todo el mundo. Tan sólo el profeta se tomó en serio a Dios. Transportó hasta la cueva de su montaña enormes recipientes de agua, de modo que no hubiera ya de faltarle el líquido elemento en los días de su vida.
Y efectivamente, se produjo el terremoto, desaparecieron las aguas y una nueva agua llenó los arroyos y los lagos y los ríos y los estanques. Algunos meses más tarde bajó el profeta de su montaña a ver lo que había ocurrido. Y era verdad: todo el mundo se había vuelto loco y le atacaba 'a él y no quería tener nada que ver con él. Y hasta se convenció todo el mundo de que era él el que estaba loco. Así pues, el profeta regresó a su cueva de la montaña, contento por haber tenido la precaución de guardar agua. Pero, a medida que transcurría el tiempo, la soledad se le hacía insoportable.
Anhelaba tener compañía humana. De modo que descendió de nuevo a la llanura.
Pero nuevamente fue rechazado por la gente, tan diferente de él.
Entonces el profeta tomó su decisión: Tiró el agua que había guardado, bebió del agua nueva y se unió a sus semejantes en su locura.

Cuando buscas la Verdad, vas solo. La senda es demasiado estrecha para llevar compañía. Pero ¿quién puede soportar semejante soledad?
Cuento "la senda estrecha" de El canto del pájaro. Anthony de Mello
El Ajedrecista de la Vida se encuentra SOLO,
solo ante el tablero y lo que esta en juego es su Vida...
¿quién puede soportar semejante soledad sin el Espíritu del Ajedrez de la Vida?

2 comentarios:

Unknown dijo...

Todos estamos solos en un mundo de locos. Sálvese quien pueda.

Unknown dijo...

Cuando estés solo, cuando te sientas un extraño en el mundo... Juega al ajedrez. Esto levantará tu espíritu y será tu consejero de guerra. Aristoteles